jueves, 30 de julio de 2009

Cuando éramos pobres y felices I

-Beisbol, esteroides y cuentos de hadas musculosas

Juan Carlos Plata

Interrumpimos la "gustada" (¡aplausos!) serie de Beisbol en palabras (que ahora que lo pienso es un buen nombre para un blog sobre beisbol, je) para escribir tal vez un par (tal vez más) de textos sobre el escándalo de los esteroides en las Ligas Mayores.

El tema es complejo y, sobre todo, con muchos detalles. No se trata de un recuento cronológico, ni de un reportaje, si acaso sólo se recuperará información a la mano y se sacarán un par de conclusiones a partir de opiniones de algunos conocedores, se citarán las fuentes cuando sean necesarias.

Aquí va, pues:

Dicen mis amigos Jorge Haces y Edgar Onofre que hubo un tiempo en el que éramos pobres y felices.

Luego de que el jueves 30 de julio de 2009 el New York Times revelara que David Ortiz y Manny Ramírez se encuentran entre los 104 peloteros que dieron positivo en un examen antidoping en 2003 y unen sus nombres a los de Alex Rodríguez y Sammy Sosa, el beisbol debe pensar algo parecido: hubo un tiempo en el que los jugadores eran pobres y los fanáticos felices. Esos días se han terminado.

La delirante carrera entre Mark McGwire y Sammy Sosa para ver quién rompía el récord de más jonrones en una sola temporada dejó, en efecto un nuevo récord (McGwire alcanzó la grosera cifra de 70 y Sosa se quedó en 66, el récord que Roger Maris impusiera en 1961, era de 61) y una estela de dudas.

Una vez terminada la algarabía, algunos periodistas y fanáticos volvieron a mirar de cerca los gigantescos biceps de los jonroneros y el sustancial incremento del número de jonrones por parte de una élite de jugadores en los últimos años (desde finales de los años 80). Esas duda han sido ampiamente documentadas desde ese entonces a la fecha. El hallazgo de un frasco de una sustancia llamada androstenediona (usada para incrementar la masa corporal) en el locker de McGwire en ese año, sólo ayudó a incrementar los comentarios.

En 2001, Barry Bonds (otro super estrella cuyo cuerpo sufrió una gran transformación durante su paso por las mayores) hizo pedazos el record impuesto por McGwire con 73 cuadrangulares (cuando nunca en su carrera había alcanzado siquiera 50 jonrones por año), esta vez el tema no sólo fue murmurado por unos cuantos, fue tema de ocho columnas por semanas en las cadenas deportivas de televisión. Los esteroides se conviertieron en tema común.

El escándalo BALCO
En 2003, los periodistas Lance Williams y Mark Fainaru-Wada del periódico San Francisco Chronicle publicaron un amplio reportaje en el que se daba cuenta de que la empresa Bay Area Laboratory Co.Operative (BALCO) producía y distribuía entre varios deportistas de alto rendimiento una sustancia llamada tetrahydrogestrinona (conocida como The clear), un, hasta entonces, indetectable esteroide para mejorar rendimiento físico.

La lista de clientes de BALCO incluía jugadores de la NFL, atletas olímpicos (como la multimedallista Merion Jones) y los jugadores de beisbol Barry Bonds, Jason Giambi, Gary Sheffield, Benito Santiago, Jeremy Giambi, Bobby Estalella y Armando Rios. El proceso judicial continúa a la fecha (Victor Conte, el dueño de BALCO, fue declarado culpable de distribución de esteroides y sentenciado a la fabulosa cifra de 4 meses de cárcel y 4 más de arrresto domiciliario).

Los reportajes de Lance Williams y Mark Fainaru-Wada dieron origen al libro "Juego de sombras" y sus autores recibieron en 2005 un premio de periodismo por sus trabajos relacionados con este caso.

MLB y las pruebas secretas
Luego del escándalo de BALCO, el comisionado de las Ligas Mayores, Bud Selig, inició una campaña para implementar una política de uso de esteroides más estricta (anteriormente sólo se tenía una lista de sustancias prohibidas creada en 1995 por el entonces comisionado Fy Vincent, pero no había un programa de exámenes antidoping). La primera acción que la liga realizó, de manera conjunta con los Unión de Jugadores, fue aplicar un examen antidoping a mil 194 jugadores, para determinar qué tan extendido era el uso de sustancias prohibidas.

Los resultados de los exámenes serían confidenciales, sólo se le comunicarían a los implicados y las listas se destruirían, de acuerdo al convenio.

Luego de los análisis de las muestras, MLB determinó implementar exámenes al azar de manera rutinaria durante la temporada y sancionar a los infractores. Lo que para muchos fue una aceptación tácita de que el problema era más grave de lo que se creía.

El 27 de diciembre de 2006, una corte federal ordena a MLB y a la Unión de Jugadores entregar la lista con los nombres de los 104 jugadores que dieron positivo en esta prueba, alegando que podrían ser usados por investigadores judiciales que perseguían delitos como venta, distribución, posesión y consumo de sustancias controladas por las leyes de Estados Unidos.

El libro de José Canseco
En febrero de 2005, The New York Daily News reporta que José Canseco en su libro Juiced (Intoxicado), asegura que él usó, que personalmente inyectó a Mark McGwire y que introdujo a varios otros peloteros en el uso de esteroides.

El mundo del beisbol se deshace en críticas contra el ex jonronero de los Oakland Athletics, de quien en 1988 el articulista del Washintong Post Thomas Boswell había dicho que era "el más conspicuo ejemplo de jugador que se había hecho grande a si mismo por el uso de esteroides".

Interviene el Congreso
En marzo de 2005 el tema rebasa el mundo el beisbol y se vuelve un escándalo nacional en Estados Unidos y el juego es la burla de todo mundo.

En medio de este ambiente, el Congreso de Estados Unidos creó una comisión especial para investigar el asunto y llamó a testificar a prominentes jugadores: Bonds, McGwire, Sosa y Rafael Palmeiro, entre ellos.

Bonds negó haber usado esteroides (lo que le costaría luego, junto con su testimonio falso en el juicio contra BALCO, un juicio propio por perjurio ); McGwire, ya retirado para entonces, dijo que no quería hablar del pasado; Sosa dijo que no hablaba inglés; y Rafael Palmeiro dijo: Nunca he usado esteroides, punto. (Meses después fue suspendido por uso estanozolol). Un penoso circo.

De 2004 a 2007, los castigos vienen en cascada: Alex Sanchez, Matt Lawton, Rafael Palmeiro, Guillermo Mota, Neifi Perez, Mike Cameron, Dan Serafini, Juan Salas, José Guillén, Jay Gibbons, entre muchos otros peloteros de Grandes Ligas y quizá cientos de Ligas Menores, son suspendidos entre 15 y 80 juegos.

El Reporte Mitchell
El 30 de marzo de 2006, Bud Selig encarga al ex senador George Mitchell una investigación, patrocinada por MLB.

El reporte final de 409 páginas, para cuya elaboración la comisión entrevistó a cerca de 700 personas (entre ejecutivos de equipos, managers, coaches, médicos de equipos, entrenadores personales y masajistas), contactó a más de 500 ex jugadores (de los cuales sólo 68 aceptaron ser entrevistados), y revisó más de 115 mil páginas de documentos y más de 2 mil documentos electrónicos entregados por los equipos, fue dado a conocer el 13 de diciembre de 2007.

Los resultados de la investigación fueron los esperados: la cultura de uso de esteroides entre jugadores de MLB estaba totalmente extendida, los usuarios de esteroides eran plenamente concientes de que lo hacían para buscar ventajas frente a los demás jugadores y todo el beisbol (dueños, ejecutivos, managers, entrenadores y jugadores) eran responsables.

Lo que nadie esperaba era que el documento incluyera una lista de 89 jugadores vinculados con el uso de esteroides, armada principalmente a partir de las declaraciones de dos personajes: Kirk Radomski y Brian McNamee.

Radomski fue batboy y empleado del vestidor de los New York Mets y de acuerdo a sus testimonios (a los cuales fue obligado por el juez Scott Schools), durante años distribuyó diversas sustancias prohibidas (hormonas de crecimiento humano [HGH, por sus siglas en inglés], toda clase de esteriodes y anfetaminas) entre jugadores de toda la liga. Luego de sus declaraciones enfrentó cargos por distribución de sustancias controladas, lavado de dinero, cuya pena alcazarían los 30 años de prisión, le fue concedido un amparo por su cooperación en el Reporte Mitchell.

McNamee era un entrenador personal (habia estado en la nómina de los Toronto Blue Jays y los New York Yankees como entrenador personal de Roger Clemens) entre cuyos clientes se encontraban Andy Pettitte, Chuck Knoblauch y el propio Clemens. Según el reporte, ayudó a varios de sus clientes a conseguir esteroides, HGH y anfetaminas, varias ocasiones a través de Radomski. McNamee declaró haber inyectado a Roger Clemens por primera vez en 1998 y que le subministró sustancias controladas hasta 2001.

Clemens negó las acusaciones y demandó a McNamee, quien entregó al juez jeringas usadas por él para inyectar HGH a Clemens (las jeringas fueron analizadas por las autoridades y en ellas se encontraron efectivamente restos de HGH y ADN de Clemens. Se espera que el pitcher, al concluir el juicio contra MaNamee, enfrente su pripio juicio por perjurio).

Algunos nombres mencionados en el Reporte Mitchell

El reporte clasificó a los consumidores de esteriodes en cinco categorías:

Los involucrados en caso BALCO:
Barry Bonds, Jason y Jeremy Giambi, Gary Sheffield, entre otros.

Los clientes de Radomski:
Kevin Brown, Roger Clemens, Lenny Dykstra, Brendan Donelly, Eric Gagné, Jerry Hairston Jr., David Justice, Chuck Knoblauch, Paul LoDuca, Andy Pettite, Brian Roberts, Ron Villone, Mike Stanton, Miguel Tejada, Mo Vaughn, Rondell White, entre otros.

Los clientes de Signature Pharmacy (farmacia con servicio on line que facturó y envió esteroides y HGH a varios jugadores):
Rick Ankiel, Paul Byrd, José Canseco, Troy Glaus, José Guillén, Gary Matthews Jr., John Rocker, Ismael Valdez, Matt Williams, entre otros.

Los que aceptaron consumo de esteriodes en entrevistas con la comisión:
Daniel Naulty y Wally Joyner

Y una lista de siete nombres irrelevantes que fueron sumados por tenerse datos (como reportes policiacos y juicios civiles), que los vinculaban con sustancias prohibidas.

(Wikipedia en inglés tiene un muy artículo muy completo sobre el Reporte Mitchell y la lista completa de los nombres mencionados en él, con todo y las sustancias que presumiblemente consumieron).

Mañana la Parte II

Beisbol en palabras III

(bateadores)

Va la tercera parte de la serie.

Babe Ruth

“El beisbol ha sido, es y siempre será el mejor juego del mundo”.

“Todos los jugadores deberían retirarse cuando sienten que el camino hacia la primera base es cuesta arriba”.

“Caramba, es solitario estar en los jardines. Es difícil mantenerse despierto sin nada que hacer”.

“Jugaría por un tercio de mi salario si pudiera batear en ese basurero (Wrigley Field) todo el tiempo”.

“Si no fuera por el beisbol, yo estaría en la cárcel o muerto”.

“Les prometo beber menos y acostarme más temprano, pero me tendrían que dar 250 mil dólares para dejar a las mujeres. Ellas son muy divertidas”.

“Sólo tengo una superstición: cuando pego un jonrón me aseguro de pisar las cuatro bases”.

“Leer es malo para un bateador. No es bueno para los ojos. Si mis ojos estuvieran un poco mal no podría batear jonrones, por eso dejé de leer”.

“La manera en la que un equipo juega, en conjunto, determina el éxito. Puedes tener a los mejores peloteros del mundo, pero si no juegan juntos, el club no valdrá un centavo”.

“¿Por qué carajo Hoover se queja de que mi contrato es mejor que el de los presidentes? Yo tuve un mejor año que él”.

Sobre Babe Ruth:

“Ruth tenía un swing hermoso, se veía bien incluso cuando se ponchaba”.
Mark Koenig

“Ruth le pegaba a la pelota más fuerte y más lejos que cualquier otro hombre que yo haya visto”.
Bill Dickey

“Ahora lo tengo todo, excepto la emoción de ver batear a Babe Ruth”.
Joe DiMaggio

“Tuve un gran juego contra Babe Ruth, sólo me pegó tres hits”.
Rollie Stiles

“El nombre más grandioso de la historia de los deportes en América es Babe Ruth, un bateador”.
Ted Williams

“Hace como 20 años dejé de hablar sobre Babe Ruth por la sencilla razón de que la gente que nunca lo vio jugar no me creía”.
Tommy Holmes

Hank Aaron

“Nunca sonrío cuando tengo un bate en las manos. Es cuando te tienes que poner serio. Cuando entro al campo, nada es una broma para mi”.

“En el campo, los negros pueden ser super gigantes. Pero, cuando nuestros días de peloteros se acaban tenemos que regresar a la parte trasera del autobús”.

Willie Mays

“Creo que soy el mejor jugador de beisbol que haya visto”.

“Si puedes correr bien las bases, batear, batear con poder, fildear, tirar y hacer todas las otras cosas que son parte del juego, entonces eres un buen jugador de beisbol”.

“Ellos lanzan la pelota, yo la bateo. Ellos batean la pelota, yo la atrapo”.

Stan Musial

“Me encanta jugar beisbol. Amo ponerme este uniforme”.

“El principio fundamental para negociar un contrato es no recordar lo que el jugador hizo en el pasado, sino pensar lo que puede hacer en el futuro”.

“La clave para tener un buen porcentaje de bateo es relajarte, concentrarte y no batear elevados al jardín central”.

“La única regla inquebrantable acerca de batear es la siguiente: si un jugador batea bien con su muy particular parado y swing, piénsalo dos veces (o más) antes de sugerirle que cambie algo”.

“Cuando un pitcher tire una bola ensalivada, no te preocupes o te quejes, sólo pégale del lado que está seca. Eso hago yo”.

Yogi Berra

“Todos los pitchers son mentirosos o niños llorones”.

“El beisbol es 90 por ciento mental, la otra mitad es física”.

“Ese tipo puede batear de los dos lados del plato. Es anfibio”.

“¿Cómo puedes batear y pensar al mismo tiempo?”

“No voy a comprarles una enciclopedia a mis hijos. Dejaré que caminen a la escuela como lo hice yo”.

“La única verdad en el beisbol es que nadie sabe nada”.

“Nunca me culpo a mi mismo cuando no puedo batear. El echo la culpa a los bates, si la mala racha continúa, cambio de bat. ¿Si yo no tengo la culpa de no poder batear, cómo podría enojarme conmigo mismo?”

“Nunca he dicho muchas de las cosas que he dicho”.

“Es como un deja vú una y otra vez”.

“El juego no se acaba hasta que se acaba”.

George Brett

“Sólo puedo jugar con todo. Disfruto tanto el juego porque pongo todo lo que tengo en él”.

“Si me mantengo saludable, tengo oportunidad de llegar a 3 mil hits y a mil errores”.

Roy Campanella

“No voy a renunciar nunca a jugar beisbol. Van a tener que arrancarme el uniforme para sacarme de aquí”.

Jackie Robinson

“Por encima de todo, detesto perder”.

“Beisbol es como un juego de póquer. Nadie quiere renunciar cuando está perdiendo, nadie quiere renunciar cuando tú estás al frente”.

“Lo único que cuenta, es cómo jugaste el partido de ayer”.

“No me preocupa si te caigo bien o mal. Todo lo que pido es que me respetes como ser humano”.

“La vida no es un deporte de espectadores. Si vas a pasar tu vida entera en las gradas viendo lo que pasa, en mi opinión, estás desperdiciando tu existencia”.

Roberto Clemente

“Cuando me pongo mi uniforme, me siento el hombre más orgulloso del mundo”.

“¿Por qué todos hablan del pasado? Lo que cuenta es el juego de mañana”.

Ty Cobb

“El beisbol es el 100 por ciento de mi vida”.

“Todo gran bateador trabaja en el entendido de que el pitcher le tiene más miedo a él, que el que él le tiene al pitcher”.

“Las bases me pertenecen a mí, el corredor. Las reglas me dan ese derecho. Siempre ataco las almohadillas a toda velocidad. Tengo spikes afilados en mis zapatos. Si el defensivo se queda ahí, donde no tiene nada que hacer y resulta lastimado, es su culpa”.

“El gran problema del beisbol hoy en día, es que la mayoría de los peloteros juegan por dinero y nada más, no por amor al juego ni por emoción”.

“Cuando yo llegué al beisbol, el juego era tan caballeroso como una patada en la entrepierna”.

Sobre Ty Cobb:

“Ty Cobb es un pendejo. Pero sabe batear, lo juro por Dios, el tipo sabe batear”.
Babe Ruth

“Cuando él está bateando, puedes oir sus dientes rechinar”.
Rebel Oaks

“Déjenlo dormir si quiere. Si se encarrila nos va a aniquilar”.
Connie Mack

Joe DiMaggio

“Todos los pitcher nacieron para ser pitchers”.

“Muchos de los muchachos que hoy juegan en las Ligas Mayores no se lo merecen”.

“Cuando buscas un elevado en los jardines, tu cerebro inmediatamente toma el comando de tu cuerpo: ‘Corre hacia adelante, asegura la bola, tira hacia el cuadro’, entonces tu cuerpo pregunta ¿Quién? ¿Yo?”

Sobre Joe DiMaggio

“Tenía el instinto más maravilloso que yo haya visto, hacía que todos los demás jugadores parecieran plomeros”.
Art Passarella

“Los héroes son personas que todo lo hacen bien y no tienen nada malo en ellos. Así era Joe DiMaggio. Es, sin duda, uno de los más grandes jugadores del siglo”.
Mickey Mantle

“Cuando Joe DiMaggio batea, da la impresión de que las viejas reglas y dimensiones del beisbol no aplican para él, es como si el juego, de pronto, se hubiera vuelto injustamente fácil”.
Donald Hall

Lou Gehrig

“En un principio usualmente hacía una jugada terrible por partido, después hacía una cada semana. Me esforcé y llegue a hacer sólo una por mes. Ahora, estoy tratando que sea sólo una por temporada”.

“Tener a un jugador que pierde la cabeza, que no puede mantenerse tranquilo, es peor que no tenerlo”.

“¿Qué se supone que tienes que hacer cuando un pitcher te tiene con dos strikes? ¿Admitir que te tiene a punto de rendirte? No puedes hacer eso. Tienes que pensar que el pitcher es tan bueno o tan malo como siempre ha sido”.

Sobre Lou Gehrig

“Gehrig nunca aprendió que un jugador de beisbol no puede jugar todos los días”.
Hank Gowdy

“Jugó para mi ocho años y nunca me dio problemas. Seguramente dirán que era mi jugador preferido. Y lo era”.
Joe McCarthy

Ichiro Susuki

“Puedo batear de foul intencionalmente todas las bolas que estén cerca de la zona de strike, lo que busco es que el pitcher cometa un error”.

Sobre Ichiro Susuki:

“Cuando le mandas una carta a Ichiro, a Japón, sólo tienes que ponerle el nombre, aunque no le pongas la dirección él la recibirá. Así de grande es”.
Tony Attanasio, agente de Susuki

Reggie Jackson

“Los fans no abuchean a los don nadie”.

“Yo no vine a Nueva York a ser una estrella, yo traje mi estrella conmigo”.

“Batear es mejor que el sexo”.

“Por favor, Dios, déjame batear un hit y le diré a todo el mundo que tú fuiste”.

“La única razón por la que no me gusta jugar la Serie Mundial es que no puedo verme a mí mismo jugar”.

“A todos los bateadores les gustan las bolas rápidas tanto como el helado a un niño. Pero no les gusta cuando alguien los obliga a tragarse un galón. Eso te pasa cuando Nolan Ryan tira bolas rápidas contra ti”.

“No puedes enfrentar a Nolan Ryan sin haber descansado correctamente. Ese tipo es la única persona que hace que yo me duerma antes de la media noche”.

“Cuando has jugado este juego por 10 años, has bateado 7 mil veces y has pegado 2 mil hits, significa que no bateaste nada en los otros 5 mil turnos”.

“Octubre es cuando realmente uno desquita lo que le pagan por jugar beisbol”.

Ted Williams

“Para cuando sabes exactamente qué hacer, estás muy viejo para hacerlo”.

“La única manera de llegar a ser un bateador, es ir a la caja de bateo enojado. Enojado contigo mismo y enojado con el pitcher”.

“Si hay un hombre que nació para ser un bateador, ese soy yo”.

“El beisbol es el único campo o empresa en la que un hombre que triunfa tres de cada diez veces, es considerado un buen elemento”.

martes, 28 de julio de 2009

Beisbol en palabras II

(pitchers)

Ya hice la presentación de esta serie, así que como va.

Ahora, los lanzadores.

Cy Young
Pitcher de los Cleveland Spiders (1890-1898), St. Louis Perfectos (1899-1900), Boston Americans (1901-1908) y Cleveland Naps (1909-1910). 22 temporadas. 511 juegos ganados, 316 perdidos. 2.63 de porcentaje de carreras limpias admitidas (ERA). 7 mil 354.2 innings lanzados.

“Un pitcher tiene que ser bueno y tener suerte para tirar un juego son hits”.

(Durante una ceremonia en su honor, años después de retirado)
“¡Dios mío, los niños de hoy todo lo que tienen que hacer es escupir derecho y les dan un contrato de 40 mil dólares!”.

Sandy Koufax
Pitcher con los Dodgers, tres temporadas en Brooklyn (1955-1957) y 9 en Los Angeles (1958-1966). 12 temporadas. 165 juegos ganados, 87 perdidos. 2.76 de ERA. 2 mil 324 innings lanzados.

“El juego es transparente. Si haces un buen trabajo, los números lo dirán. No tienes que preguntarle su opinión a nadie o jugar a las relaciones públicas. No tienes que esperar a ver las reseñas al día siguiente”.

“Un tipo que tira lo que intenta tirar, esa es mi definición de un buen pitcher”.

“Si existe una fórmula mágica (para ser un buen lanzador), es salir a lanzar cada cuatro días”.

“El pitcheo es el arte de infundir miedo”.

“Enséñame aun tipo que no pueda lanzar bolas pegadas y te enseñaré a un perdedor”.

“Las únicas veces que realmente intento ponchar a alguien es cuando estoy en problemas. Si las bases están llenas y no hay outs, por ejemplo. Pero la mayoría de las veces trato de lanzar en zonas específicas del plato para conseguir elevados o rolas. Para un ponche tienes que tirar cinco o seis bolas, algunas veces más si te sacan foules. Eso es cansado. Así que trato de sacar outs, eso es lo que cuenta. Se gana con outs, no con ponches”.

Sobre Sandy Koufax:

“Contra Koufax un foul era una victoria moral”
Don Sutton

“Entiendo perfectamente como ganó 25 juegos, lo que no entiendo es cómo es que perdió 5”.
Yogi Berra

Nolan Ryan
Pitcher de los New York Mets (1966-1971), California Angels (1972-1979), Houston Astros (1980-1987) y Texas Rangers (1989-1993). 27 temporadas. 324 juegos ganados, 292 perdidos. 3.19 de ERA. 5 mil 386 innings lanzados. Es el pitcher con más ponches en toda la historia: 5 mil 714.

“Para lanzar siempre ayuda que todos crean que estás un poco loco”.

“Mi trabajo es darle a mi equipo una oportunidad para ganar”.

“Una de las cosas hermosas que tiene el beisbol es que de vez en cuando te pone en la situación que tú quieres; cuando eso pasa, tienes la oportunidad de probar algo”.

Don Drysdale
Pitcher de los Dodgers, 2 temporadas en Brooklyn (1956-1957) y 12 en Los Angeles (1958-1969). 14 temporadas. 209 ganados, 166 perdidos. 2.95 de ERA. 3 mil 432 innings lanzados.

“Mi propia pequeña regla es dos por uno. Si uno de mis compañeros en golpeado por un lanzamiento, yo le pegaré a dos contarios”.

“Odio a todos los bateadores. Empiezo el juego enojado y sigo así hasta que el juego termina”.

“Hay algunos tipos que se dejan crecer la barba para verse más intimidantes pero no se ven tan rudos cuando tienen que pegarle a la pelota. Sus habilidades y sus actitudes no respaldan sus barbas”.

“El pitcher tiene que identificar si el bateador es tímido, y si lo es, tiene que recordarle que es tímido”.

Sobre Don Drysdale:

“Batear contra Don Drysdale es igual que hacer cita con el dentista”.
Dick Groat

“El truco contra Drysdale es pegarle antes de que él te pegue a ti”.
Orlando Cepeda

“Para Don Drysdale una base por bolas intencional es desperdiciar tres bolas. Si quiere ponerte en base, te puede pegar un bolazo en la cabeza y listo”.
Mike Shannon

“Odio batear contra Don Drysdale. Después de que te pega un bolazo, se te acerca y ve el golpe en tu brazo y te dice: ¿Quieres que te lo firme?”.
Mickey Mantle

Don Larsen
Pitcher de los St. Louis Browns (1953), Baltimore orioles (1954), New York Yankees (1955-1959), Kansas City Athletics (1960-1961), Chicago White Sox (1961), San Francisco Giants (1962-1964), Houston Colts .45's (1964-1965) y Baltimore Orioles (1965). 14 temporadas. 81 ganados, 91 perdidos. 3.78 de ERA. Mil 548 innings lanzados.

“Algunas veces puede pasar una semana sin que piense en ese juego (su juego perfecto en la Serie Mundial de 1956 contra los Dodgers), pero no me acuerdo cuando fue la última vez que eso pasó”.

Luis Tiant
Pitcher de los Cleveland Indians (1964-1969), Minnesota Twins (1970), Boston Red Sox (1971-1978), Pittsburgh Pirates (1981) y California Angels (1982). 19 temporadas. 229 ganados, 172 perdidos. 3.30 de ERA. 3 mil 486.1 innings lanzados.

“La familia es todo. Es incluso más importante que el beisbol”.

“La bola rápida es el mejor lanzamiento en el beisbol. Si la mueves por todo el plato es como si tuvieras cinco lanzamientos diferentes”.

Warren Spahn
Pitcher de Boston Braves (1942 y de 1946-1952), Milwaukee Braves (1953-1964), New York Mets (1965) y San Francisco Giants (1965). 21 temporadas. 363 ganados, 245 perdidos. 3.09 de ERA. 5 mil 243.2 innings lanzados.

“Cuando te duele el brazo es como cuando te duele la cabeza o una muela. Puede sentirse mal, pero si te olvidas de eso y haces lo que tienes que hacer, se va. Si te gusta lanzar y realmente quieres lanzar, eso es lo que tienes que hacer”.

“Batear es cuestión de timing. Lanzar es cuestión de romper ese timing”.

“La vida es, después de todo, un reto. Y ¿qué mejor reto se puede uno encontrar que uno entre un pitcher y un bateador?”.

Dwight Gooden
Pitcher de los New York Mets (1984-1994), New York Yankees (1996-1997 y 2000), Cleveland Indians (1998-1999), Houston Astros (2000) y Tampa Bay Devil Rays (2000). 16 temporadas. 194 ganados, 112 perdidos. 3.51 de ERA. 2 mil 800.2 innings lanzados.

Cuando los Mets contrataron a Frank Viola y éste dijo que quería usar el número 16, que era de Gooden.
“No me importa cuánto dinero gane. Puede quedarse con mi locker, lo puedo llevar a los mejores restaurantes y puedo mostrarle Nueva york. Se puede quedar con mi mujer si quiere, pero no le voy a dar mi número, de ninguna manera”.

“Si puedes sacar un out con un lanzamiento, hazlo. Deja que los ponches lleguen con los lanzamientos difíciles. Ganar es la cosa más importante. Si te pones a tirar un montón de lanzamiento, antes de que te des cuenta, tu brazo se habrá fundido”.

Tom Seaver
Pitcher de los New York Mets (1967-1977 y 1983), Cincinnati Reds (1977-1982), Chicago White Sox (1984-1986) y Boston Red Sox (1986). 20 temporadas. 311 ganados, 205 perdidos. 2.86 de ERA. 4 mil 782 innings lanzados.

“En beisbol, mi teoría es buscar consistencia, no preocuparme por los números. Si lo que buscas son estadísticas siempre te quedarás corto, si lo que buscas es consistencia, los números estarán ahí al final”.

“Mi trabajo no es ponchar a todos los bateadores, es sacarlos de out, algunas veces ponchándolos”.

Bob Gibson
Pitcher de los St. Louis Cardinals (1959-1975). 17 temporadas. 251 ganados, 174 perdidos. 2.91 de ERA. 3 mil 884.1 innings lanzados.

“Las grandes atrapadas son como ver a un grupo de chicas pasar, la última siempre es la más bonita”.

“Las dos cosas más importantes en la vida son: buenos amigos y un bullpen fuerte”.

“Debes tener una buena actitud si quieres ir lejos en este juego”.

Whitey Ford
Pitcher de los New York Yankees (1950 y 1953-1967). 16 temporadas. 236 ganados, 106 perdidos. 2.75 de ERA. 3 mil 170 innings lanzados.

“Yo empecé a hacer trampa hasta el final de mi carrera, cuando necesité algo de ayuda para sobrevivir. No hice trampa cuando gané 25 juegos en 1961. No hice trampa cuando en 1963 cuando gané 24 juegos. Bueno, tal vez un poco”.

“Yo conozco la debilidad de Sandy Koufax: no puede batear”.

“Tarde o temprano tu brazo empezará a dolerte, entonces, tarde o temprano tienes que aprender a lanzar con dolor”.

Beisbol en palabras I

(managers)

Luego de tres textos tan pinches como los que llevo, necesito rescatar de alguna manera el rating del blog, así que usaré el viejo truco del plagio.

Esta es la primera entrega (de no sé cuantas) de frases y anécdotas de beisbol. Ante tanta elocuencia y oportunidad, no hace falta mayor introducción.

Para respetar las jerarquías, empezamos con los managers:

John McGraw
Manager de los Baltimore Orioles (1899-1902) y los New York Giants (1902-1932). Con los Giants consiguió 8 títulos de la Liga Nacional (1904, 1911, 1912, 1913, 1917, 1923, 1924 y 1925) y 3 Series Mundiales (1905, 1921 y 1922). 33 años como dirigente. 4 mil 769 partidos. 2 mil 763 ganados y mil 948 perdidos.

“Hay sólo un juego, y ese juego es el beisbol”

“El uno por ciento de los jugadores de beisbol es líder de hombres. El otro 99 por ciento es seguidor de mujeres”.

“Con mi equipo soy un zar absolutista. Mis hombres lo saben: yo ordeno las jugadas, ellos obedecen. Si no lo hacen, los multo”.

Sparky Anderson
Manager de los Cincinnati Reds (1970-1978) y de los Detroit Tigers (1979-1995). Con los Reds ganó dos campeonatos de la Liga Nacional (1970 y 1972) y dos Series Mundiales (1975 y 1976) con la dinastía de Cincinnati conocida como La Gran Maquinaria Roja. Con los Tigers ganó la Serie Mundial de 1984. 26 años como dirigente. 4 mil 030 partidos. 2 mil 194 ganados y mil 834 perdidos. Fue el primer manejador en ganar Series Mundiales con equipos de ambas ligas.

“La única cosa que creo es esta: A un jugador no tiene que caerle bien su manager, no tiene que respetar su manager. Todo lo que tiene que hacer es obedecer las reglas”.

“No puedo creer que nos paguen por jugar beisbol, algo que hacíamos gratis cuando éramos niños”.

“Si alguna vez encuentro a un pitcher que tenga una recta con mucha velocidad, una buena curva y un slider, consideraré seriamente casarme con él, o por lo menos proponérselo”.

“Entiendo a la gente que nos abuchea. Es como cuando vas a un espectáculo de Broadway, pagas tus boletos y esperas que te entretengan. Cuando no lo hacen, tienes derecho a quejarte”.

“Mi idea de dirigir es darle la pelota a Tom Seaver y sentarme a ver su trabajo”.

“Los jugadores tienen dos cosas que hacer: Jugar y mantener la boca cerrada”.

(Después de perder 16 carreras a 4 contra los Twins) “La única razón por la cual vendré al parque mañana es porque el calendario dice que tengo que hacerlo”.

Connie Mack
Manager de los Pittsburgh Pirates (1894-1896) y los Philadelphia Athletics (1901-1950). Con los Athletics ganó 4 campeonatos de la Liga Americana (1902, 1905, 1914 y 1931) y 5 Series Mundiales (1910, 1911, 1913, 1929 y 1930). 53 años como dirigente. 7 mil 755 partidos. 3 mil 731 ganados y 3 mil 948 perdidos. (Poseedor de los récords de más partidos dirigidos, ganados y perdidos).

“Cualquier minuto, cualquier día, un jugador puede romper un récord que haya estado ahí por mucho tiempo. Esa es una de las cosas que hace fascinante este juego, las sorpresas inesperadas”.

“No importa de qué esté hablando, siempre regreso al beisbol”.

“Naciste con dos strikes en contra, asegúrate de poncharte tú solo”.

“Hay sólo un manager, y se llama John McGraw”
(en referencia a la frase de McGraw que abre esta lista).

Casey Stengel
Manager de los Brooklyn Dodgers (1934-1936), Boston Bees (1938-1940), Boston Braves (1941-1943), New York Yankees (1949-1960) y New York Mets (1962-1965). Con los Yankees ganó 3 campeonatos de la Liga Americana (1955, 1957 y 1960) y 7 Series Mundiales (1949, 1950, 1951, 1952, 1953, 1956 y 1958). 25 años como dirigente. 3 mil 766 partidos. Mil 905 ganados y mil 842 perdidos.

“El buen pitcheo siempre detendrá al buen bateo y viceversa”.

“Ser manager es que te paguen por los jonrones que pegan otros”.

“El secreto de dirigir es mantener a los jugadores que te odian alejados de los que todavía están indecisos”.

Whitey Herzog
Manager de los Texas Rangers (1973), California Angels (1974, sólo cuatro partidos), Kansas City Royals (1975-1979) y St. Louis Cardinals (1980-1990). Con los Cardinals ganó 2 campeonatos de la Liga Nacional (1985 y 1987) y 1 Serie Mundial (1982). 18 años como dirigente. 2 mil 409 partidos. Mil 281 ganados y mil 125 perdidos.

“Lo que se necesita para ser un manager exitoso es: sentido del humor y un buen cuerpo de lanzadores relevistas”.

“El beisbol ha sido bueno conmigo desde que renuncié a jugarlo”.

“La única manera de hacer dinero como manager es ganar en un equipo, ser despedido y luego ser contratado por otro equipo”.

“Para ser contendientes sólo necesitamos dos jugadores: Babe Ruth y Sandy Koufax”.

“Necesitamos tres tipos de pitcheo: pitcheo zurdo, picheo derecho, y pitcheo de relevo”.

Tom LaSorda
Manager de Los Angeles Dodgers (1976-1996). Ganó 2 campeonatos de la Liga Nacional (1977 y 1978) y 2 Series Mundiales (1981 y 1988). 21 años como dirigente. 3 mil 041 partidos. Mil 599 ganados y mil 439 perdidos.

“Al ochenta por ciento de la gente a la que le cuentas tus problemas no les importan, el otro veinte por ciento por ciento se alegra de que los tengas”.

“El beisbol es como manejar: lo que importa es quién llega a casa a salvo”.

“Hay gente que me pregunta si estoy cansado. ¿Cómo puedes cansarte de hacer algo que amas? Te pregunto: ¿alguna vez te cansarías de besar a una chica bonita?”.

“Me encantan los dobles juegos. De esa manera puedo tener puesto el uniforme más tiempo”.

“Ahora caminar por el dugout es como hacerlo en una clínica. Tenemos cuatro doctores, tres terapistas y cinco masajistas. Cuando yo llegué a las Grandes Ligas teníamos un masajista que cargaba una botella de alcohol de curación y para la séptima entrada ya se la había bebido toda”.

“Hay tres tipos de jugadores: los que hacen que las cosas pasen, los que ven lo que pasa y los que se pregunta qué es lo que pasa”.

“Cuando ganamos, soy feliz y como mucho. Cuando perdemos, me deprimo y como mucho. Cuando el juego se suspende por lluvia, estoy desencajado y como mucho”.

“No, mi equipo no hace trampa. Y si la hiciéramos, no te lo diría”.

“Si empiezas a preocuparte por la gente en las tribunas, muy pronto estarás en la tribuna con ellos”.

Luego de la deslumbrante temporada de Fernando Valenzuela en 1981, se especulaba cuánto pediría en su nuevo contrato. En una conferencia de prensa varios reporteros le preguntan a Tom LaSorda si sabe las pretensiones de Valenzuela y éste responde:

“Quiere que le regresemos Texas”.

Días después, Valenzuela pidió a los Dodgers un millón de dólares. Otra vez LaSorda:

“Llevo todo el año enseñándole a hablar inglés y las únicas dos palabras que aprendió fueron: one million”.

domingo, 26 de julio de 2009

Perfectas chingaderas

-Que la justicia sea ciega no es justificación para que se haya hecho de la vista gorda en estos dos casos

Juan Carlos Plata


Creo firmemente que el beisbol es el deporte más justo que existe; sostengo que es imposible que un equipo gane un solo juego si no se lo merece; estoy convencido de que tiene la reglamentación más detallada y justa de cualquier disciplina deportiva; pero incluso yo tengo que reconocer que a veces las injusticias del mundo son tales que ni el beisbol las puede arreglar.
Aquí dos ejemplos y una nota:

Ernie Shore y la ira de Babe Ruth
El 23 de junio de 1917, George Herman “Babe” Ruth estaba anunciado para abrir el primer juego de una doble cartelera entre los Boston Red Sox y los Washington Senators en Fenway Park.
Y así fue: Ruth abrió el juego con una base por bolas a Ray Morgan, encabronado por las decisiones del umpire, se acercó al plato a discutir con Brick Owens, que igual de iracundo que Ruth lo botó del partido, junto con el cátcher Sam Agnew.

El Bambino, correcto como era, reaccionó con un puñetazo en la cara del árbitro y se fue del campo (el mejor jugador de beisbol de la historia fue multado con 100 dólares, suspendido 10 partidos y obligado a dar una disculpa pública por su comportamiento).
Pero es aquí donde aparece el protagonista de la historia: Ernest Grady Shore o Ernie Shore, para los cuates.

Shore nació cerca de East Bend, Carolina del Norte, el 24 de marzo de 1891. En 1912 llegó a Grandes Ligas con los New York Giants y en su debut permitió 10 carreras (3 de ellas limpias) en una sola entrada y aún así se le acredito un salvamento.

Fue cambiado de los Giants a los Baltimore Orioles, donde conoció y fue compañero de Babe Ruth. En 1914 ambos jugadores fueron vendidos a los Boston Red Sox por 25 mil dólares (una de las exitosas transacciones de la historia del beisbol, sostienen los enterados), ese año, Shore ganó 10 juegos y perdió 5 con un promedio de carreras limpias de 2.00.

En 1915, Shore ganó 19 y perdió 8 con un deslumbrante porcentaje de carreras limpias admitidas de 1.64 y ayudó a los Red Sox a ganar 101 partidos en la temporada y la Serie Mundial contra Philadelphia en 5 juegos (Shore perdió el juego 1 y ganó el juego 4).

Un año después, ganó 16 juegos y lideró a los Rad Sox en la Serie Mundial (esta vez contra los Brookyn Robins), donde ganó el juego 1 y el quinto y decisivo.

En 1917, Shore era reconocido como uno de los mejores lanzadores de la Liga Americana, pero siempre será recordado por lo que sucedió el 23 de junio, un día en el que pitcher anunciado para lanzar, fue George Herman Ruth.

Luego de las expulsiones, el manager de Boston, Jack Barry, llamó al montículo a Ernie Shore y a Pinch Thomas a la receptoría. Al reanudarse el juego, el corredor que estaba en primera intentó robar la intermedia y fue puesto fuera.

Luego de eso, Shore procedió a retirar a los siguientes 26 bateadores en orden, lo que para fines prácticos significaba haber tirado un juego perfecto (en tanto que los Red Sox habían retirado a los 27 Senators con Shore en el montículo).

Y así fue considerado durante 74 años, pero en 1991 el comité de reglas redefinió los conceptos de juego sin hit y juego perfecto y al final, en este caso, degradaron la estadística de Shore de juego perfecto a juego sin hits ni carreras, en combinación con Ruth.
Ni hablar, injusticia pura.

(Por si se lo preguntan, Shore se perdió la temporada y el campeonato de los Red Sox de 1918 por enlistarse en el ejército; a su regreso fue vendido a los Yankees, apenas unos días después de la organización hiciera lo mismo con Babe Ruth. Jugó un par de temporadas en el Bronx y se retiró. Falleció en 1980).

12 entradas perfectas: juego perdido
El lanzador zurdo Harvey Haddix nació el 18 de septiembre de 1925 en Medway, Ohio. Fue firmado por los St. Louis Cardinals en 1947 y debutó en Grandes Ligas el 20 de agosto de 1952 con los pájaros rojos.

Lanzó 14 temporadas con los Cardinals, Philadelphia Phillies, Cincinnati Redlegs, Pittsburg Pirates y Baltimore Orioles. De por vida ganó 136 juegos y perdió 113; participó en 453 juegos, 285 como abridor, tiró 99 juegos completos, ponchó a mil 575 ponentes, dio 601 bases por bolas y su promedio de carreras limpias admitidas fue de 3.63.

1953 fue su mejor temporada: ganó 20 juegos y tuve su mejor efectividad, 3.06; en 1954 consiguió la mayor cantidad de ponches: 184.

El 26 de mayo de 1959, Haddix abrió por los Pirates un partido contra los Milwaukee Braves, jugado en el County Stadium de Milwaukee antes 19 mil 194 espectadores.

Más de horas y 12 entradas después, Haddix aún no había permitido ni un hit, no había dado una base por bolas y nadie había cometido un error. Había retirado 36 bateadores con 12 elevados, 12 rolas, 3 líneas y ocho ponches (9 más de los necesarios para un partido perfecto normal), pero sus compañeros habían conectado 12 imparables (él mismo había pegado uno) pero no llegaban las carreras.

Para el cierre del inning 13, Félix Mantilla, en su primer turno al bate (había sustituido a Del Rice, que a su vez había bateado de emergente por el segunda base Jonny O’Brien) alcanzó la primera base en una error del tercera base de los Pirates, Don Hoak, que rompió el juego perfecto.

Eddie Mattews avanzó al corredor con un toque de sacrificio y fue retirado de pitcher a primera; ya con el perfecto arruinado, Haddix le dio la base por bolas intencional al mítico Hank Aaron buscando un doble play, pero Joe Adcock conectó un jonrón por todo el jardín central para terminar el juego.

Aaron dejó de correr las almohadillas para irse a festejar y fue declarado out, el batazo de Adcock (que pasó a Aaron al correr las bases) fue oficialmente declarado doble de terreno y el partido terminó con marcador de 1 carrera a cero.

El que muchos expertos consideran el mejor desempeño de un pitcher en la historia del beisbol, es oficialmente una derrota con juego completo de 12 entradas y 2/3.

¿Lo quiere más injusto todavía? La única carrera del juego, fue sucia, por lo tanto ni siquiera aparece en los números de Harvey Haddix.

Entrevistado luego del partido, el segunda base de los Pirates, Bill Mazerosky, dijo: “Usualmente, en un juego sin hits tienes una o dos jugadas espectaculares a la defensiva. No esta noche. Este ha sido el juego más fácil que he jugado”, haciendo referencia al gran control que Haddix tuvo durante el encuentro.

“Mi principal objetivo era ganar. Estaba más cansado que nervioso. Todo lo que sé es que perdimos. ¿Qué hay de histórico en eso? ¿Acaso nunca nadie más ha perdido una blanqueada de 13 entradas?”, dijo Haddix.

Cuando el mismo cambio de reglas de 1991 le negó a la actuación de Haddix el título de juego perfecto, el zurdo lo tomó con filosofía: “Está bien, yo sé que fue lo que hice”.

Probablemente esté bien para él, pero sigo pensando que qué poca madre.

Nota: El dominicano Pedro Martínez, jugando para los Montreal Expos contra los San Diego Padres, lanzó 9 entradas perfectas el 3 de junio de 1995.

Luego de eso, el primer bateador de la décima, Bip Roberts, le pegó un doblete; con el marcador a su favor (1-0), el manager de los Expos, Felipe Rojas Alou, decidió sacarlo del juego y traer al cerrador Mel Rojas, quien luego de tirar un wild pitch que llevó al corredor hasta tercera; retiró a Steve Finley con rola a la primera base; Tony Gwynn se embasó en jugada de selección mientras Roberts era puesto fuera en el home; y ken Caminitti elevó a tercera para el tercer out y finalizar el encuentro.

Martínez lanzó 9 entradas perfectas, no se le acredita esa joya, pero por lo menos salió con la victoria, Haddix no tuvo esa suerte.

Juego perfecto

Juan Carlos Plata

La perfección no es condición humana, la vida se encarga a cada rato de recodárnoslo. Pero ahí donde la vida falla está el beisbol para devolvernos la fe en lo imposible.

Un juego perfecto consiste en registrar 27 outs de manera consecutiva (tres por cada una de las 9 entradas). Esto implica que no puede haber un hit, que nadie debe cometer errores que permitan que un bateador alcance la primera base, que el pitcher no de una base por bolas. Es, básicamente, regresar a cada bateador por el mismo camino por el que llegó al plato.

El primer juego de esta naturaleza del que se tiene registro lo tiró John Richmond, pichando para el equipo de Worcester contra Cleveland, el 12 de junio de 1880 y apenas 5 días después, John Ward, lanzador de Providence, repitió el desfile de contrarios sin daño alguno contra el equipo de Buffalo.

Ya en el siglo XX, Cy Young (el lanzador por excelencia, actualmente el premio al mejor pitcher del año de cada liga lleva su nombre) inauguró la llamada era moderna del beisbol con un juego perfecto el 5 de mayo de 1904, lanzando para los Americans de Boston y derrotó a Philadelphia.
Addie Joss de Cleveland y Charles Robertson de Chicago le siguieron en 1908 y 1922 respectivamente.


(En la foto, Don Larsen realiza la última pitchada de su juego perfecto el 8 de octubre de 1956)

Don Larsen

Probablemente el juego perfecto más famoso de la historia llegó en 1956 del brazo de un pitcher gris, casi se podría decir que mediocre: Don Larsen. ¿Qué tiene este de particular? Que ha sido el único en una Serie Mundial.

Larsen debutó con los St. Louis Browns en 1953, pasó por los Baltimore Orioles, New York Yankees, Kansas City Athletics, Chicago White Sox, San Francisco Giants, Houston Colt's 45 y se retiró con Baltimore en 1965.

En 14 temporadas en Grandes Ligas nunca pudo ganar más de 11 juegos en una temporada (1956), sólo en 7 temporadas fue pitcher abridor regular. En su peor temporada perdió 21 juegos (1954) y perdió más partidos de los que ganó en toda su carrera (81 ganados por 91 perdidos). No ponchaba a muchos rivales y batallaba demasiado con las bases por bolas.

Era un jugador promedio, pero la perfección no pide pedigrí ni títulos nobiliarios, “sólo” retirar a 27 bateadores en riguroso orden.

El 8 de octubre de 1956, en el quinto juego de la Serie Mundial que los Yankees disputaban con los Dodgers de Brooklyn, a Larsen le tomó sólo 2 horas y seis minutos retirar a todos sus oponentes, pasar de ser un pitcher regular a concretar la obra de arte perfecta en el escenario más importante del beisbol y conseguir con ello su boleto a la inmortalidad.

Muchos años después, un reportero le preguntó a Larsen (ya retirado del beisbol) si no le molestaba todo el mundo siempre le preguntara sobre el juego perfecto. Larsen, con una sonrisa orgullosa, respondió: “No, por qué habría de molestarme”.

Aquí un paréntesis para retomar fragmentos de la narración original para radio del último turno al bat de ese juego. El cronista, es Vin Scully:

“Bueno, tomemos todos un gran respiro ahora que vamos al momento más dramático de la historia del beisbol. El público en Yankee Stadium, 64 mil 517 personas rugirán con cada lanzamiento.
”Creo no equivocarme al decir que ningún hombre en la historia del beisbol había venido al plato en un momento más dramático. Ese hombre es el bateador emergente Dale Mitchell.
”El Yankee Stadium se sacude desde sus cimientos.
(Luego de que Larsen poncho a Mitchell para terminar el juego)
“Lo tiene. Un juego sin hit, un juego perfecto en una Serie Mundial. Nunca en la historia de este juego había sucedido algo así en la Serie Mundial.
”Nos quitamos el sombrero frente a Don Larsen. No hay carreras, no hay hits, no hay errores, no hay bases por bolas, no hay corredores en las almohadillas. El marcador final, Yankees, dos carreras, cinco hits, cero errores. Los Dodgers: cero carreras, cero hits, cero errores, de hecho no tienen nada en absoluto.
”Este es un día para recordar, este es un juego para recordar, pero sobre todo, es el día más grandioso en la vida de Don Larsen. Y además el juego más dramático y mejor lanzado de la historia del beisbol”.

60’s
En los 60’s tres pitchers se sumaron al club: Jim Bunning de Philadelphia el 21 de junio de 1964; Stanford “Sandy” Koufax (el mejor lanzador zurdo de la historia y el jugador con el mejor sobrenombre del mundo: la mano izquierda de Dios) de los Dodgers de Los Angeles, el 9 de septiembre de 1965; y Catfish Hunter de los Atléticos de Oakland aprovechó el llamado año del pitcher, 1968 y el 4 de mayo sumó su nombre a la lista.


(Sandy Koufax)

Aquí volvemos a apelar a Vin Scully: así narró el final del juego perfecto de Koufax:


“Dos bolas y dos strikes para Harvey Kuenn, sólo falta un strike. Sandy lanza, viene el lanzamiento: le tira y falla: juego perfecto.
”La pizarra del jardín derecho indica las 9:46 de la noche en la ciudad de los ángeles, Los Angeles, California; y una multitud de 29 mil 139 personas están sentadas viendo al único pitcher en la historia del beisbol que tienen cuatro juegos sin hit ni carreras. Los ha conseguido en temporadas consecutivas, y ahora, en su cuarto juego sin hit ni carrera tiene un juego perfecto.
”Y Sandy Koufax, cuyo nombre siempre nos evoca ponches, lo ha hecho con estilo: ponchó a los últimos seis bateadores, así que cuando se escriba su nombre en letras capitales en los libros de records, esa K será mucho más grande que O-U-F-A-X.

(En las anotaciones de beisbol, los ponches se representan con una K. Nota del metiche)

En los años 80, Len Baker, de Cleveland (1981), Mike Witt, de California (1984) y Tom Browning, de Cincinnati (1988), consiguieron la hazaña.

Para los 90 vinieron otros juegos memorables: el 28 de julio de 1991, el nicaragüense Dennis Martínez, “El Presidente”, se convirtió en el primer latinoamericano en tirar un perfecto, jugando para Montreal y vencer a los Dodgers.

El siempre temperamental Kenny Rogers logró el suyo el 28 de julio de 1994, venciendo a los Ángeles de California, jugando para Texas.

Juego perfecto en las rocas
En 1998 David Wells era pitcher de los Yankees de Nueva York y había tenido ya varios desencuentros con el polémico dueño del equipo, George Steinbreiner, por sus continuas salidas nocturnas (ampliamente documentadas por el New York Post).

Steinbreiner temía, y había declarado a los cuatro vientos, que Wells era una mala influencia para el nuevo símbolo Yankee, Derek Jeter (que tenía apenas 3 años en la liga) e iniciando la temporada dijo que buscaría la forma de deshacerse de Wells.

Entonces, se materializó la peor pesadilla de Steinbreiner: el 17 de mayo, “Boomer” lanzó un juego perfecto en Yankee Stadium, el segundo de la historia de la novena neoyorkina.
Wells fue cambiado a Toronto luego de terminar la temporada, pero la humillación para Steinbreiner no había terminado: en 2003, durante su segunda estancia con los Yankees, Wells publicó su autobiografía titulada “No soy perfecto”, y en ella narró cómo había tirado ese juego perfecto: completamente ebrio.

Magic touch
Una historia un poco más romántica sucedió un año después: el 18 de julio de 1999 se celebró en Yankee Stadium el “día de Don Larsen”, el lanzador del juego perfecto en la Serie Mundial de 1956 realizó la simbólica primera bola del juego (el receptor fue su compañero de batería de ese entonces: Yogi Berra).

Luego del homenaje, Larsen insistió en platicar con el pitcher de los Yankees que iba a lanzar ese partido contra los Expos de Montreal: David Cone. Al final de la charla, Larsen tocó el guante de Cone “para la buena suerte”.

El resultado: Cone retiró a los 27 bateadores que enfrentó y consiguió el tercer juego perfecto para los Yankees.

El 18 de julio de 2004, Randy Johnson “The Big Unit”, en ese entonces con 40 años y 251 días, se convirtió en el lanzador más viejo en tirar un juego perfecto. Jugando para los Diamonbacks de Arizona, Johnson dominó a los 27 Bravos de Atlanta que enfrentó; y de paso se unió a Sandy Koufax al club de lanzadores con juegos perfectos y sin hits ni carreras.

Apenas hace unos días, el 23 de julio de 2009 Mark Buehrle, de los Medias Blancas de Chicago, despachó en fila a 27 Rays de Tampa para cerrar (por ahora) la cuenta de los perfectos.

Datos inservibles
-En 129 años de historia de beisbol, se han lanzado sólo 18 juegos perfectos.
-Los dos primeros de ellos se tiraron con apenas 5 días de diferencia.
-El lapso más largo entre juegos perfectos fue de 34 años (de 1922 a 1956).
-Sólo uno ha sido en postemporada (Don Larsen, en la Serie Mundial de 1956).
-En las décadas de los 10, 30, 40 y 70 del siglo XX no se registró ningún juego perfecto.
-Los equipos que han estado involucrados en más juegos perfectos son los Dodgers, con 4 (1 ganado y 3 perdidos) y los Yankees, con 3, todos los han ganado.

jueves, 23 de julio de 2009

Roy Hobbs, una y otra vez

Juan Carlos Plata

¿Quién es Roy Hobbs?

Para efectos prác
ticos Roy Hobbs nunca existió. El beisbol, este deporte obsesionado con las estadísticas, no registra por ningún lado un turno al bate, una entrada lanzada, ni siquiera una entrada jugada a la defensiva o una participación como corredor emergente bajo ese nombre.


Aun así, Hobbs es uno de los símbolos más importantes del beisbol, es la personificación (así sea solamente cinematográfica) de la magia que envuelve a este deporte y de que lo imposible a veces se pasea en este mundo tan supuestamente necesitado de lógica.


Roy Hobbs es esa pequeña parte del corazón que todavía no es alcanzado por los esteroides. Es la sorpresa, es la anécdota que contarás por muchos años, es el momento que se queda congelado en la memoria. Es el momento que, si te lo perdiste, jurarás por tu madre que sí lo viste.


Roy Hobbs significa que, apretando los botones adecuados, todos podemos volver a ser los niños impresionables que fuimos alguna vez.


Roy Hobbs significa que el mundo todavía puede ser maravilloso.

The Natural
Personificado por Robert Redford,
Roy Hobbs es el protagonista de The Natural (película de 1984, dirigida por Barry Levinson).


Hobbs es un típico chamaco gringo, hijo de campesinos del medio oeste cuyo talento natural para lanzar humo y batear truenos le vale una prueba con los Chicago Cubs. En una parada del viaje en tren se da el lujo de ponchar con tres lanzamientos a The Whammer, una representación de Babe Ruth interpretada por Joe Don Baker, anécdota que será presenciada y convertida en leyenda por el periodista Max Mercy (Robert Duval).


Luego de la proeza, Hobbs es abordado por la viuda negra Harriet Bird (Barbara Hershey) quien nomás llegando a Chicago cita al prospecto en su habitación de hotel nomás para pegarle un tiro en el costado.


16 años después, Hobbs reaparece en el beisbol como refuerzo para los New York Knights. "A tu edad los jugadores se retiran, no debutan", son las palabras de aliento de su nuevo dirigente.


Luego de bajarle a la novia a ni más ni menos que al personaje de Michael Madsen (si hubiera visto Perros de reserva seguramente lo habría pensando mejor), convertirse en la estrella del equipo y llevar a la novena neoyorkina a la antesala del campeonato, a Hobbs se le abre la herida del balazo aquel y termina en una cama de hospital.


El dueño del equipo en vez de conformarse con ganar prefiere invertir todos su ahorros en apostar en contra de los Knight e intenta sobornar a Hobbs para que se quede en su cama de hospital y no juegue el partido contra los Piratas de Pittsburg que decide el campeonato de la Liga Nacional. Como sería de esperarse, Hobbs no acepta y se presenta al juego con la herida sangrante.


Con el juego 2 carreras a cero favor Pittsburg en la parte baja de la novena entrada, con dos outs y hombres en tercera y primera, Hobbs viene a batear. Con cuenta de dos bolas y dos strikes y una herida cada vez más dolorosa, conecta un jonrón por todo jardín derecho que destroza las lámparas del estadio y recorre las bases con efectos de fuegos artificiales.


Los Knights van a la Serie Mundial y el mundo del beisbol tiene a su más significativo héroe cinematográfico.


(Kirk Gibson ve como la pelota vuela hacia jardín derecho el 15 de octubre de 1988)


Roy Hobbs en Dodger Stadium. 15 de octubre de 1988
Cuando Kirk Gibson llegó a su locker luego del primer juego de la Serie Mundial, encontró un pedazo de papel pegado encima de la placa de su nombre. El papel decía con grandes letras negras: Roy Hobbs.


Minutos antes, Gibson (que había liderado a un equipo de los Dodgers francamente mediocre hasta la Serie Mundial para enfrentarse a los poderosos Oakland Athletics, que estaba lastimado de las dos rodillas y por ello no había podido jugar el partido) se había enfrentado, como bateador emergente, a Dennis Eckersley (el pitcher cerrador más dominante de la época).


Con su equipo perdiendo por una carrera, con un corredor abordo y con cuenta de tres bolas y dos strikes, Gibson recordó las palabras del scout del equipo angelino, Mel Didier: “Si enfrentas a Eckerley y llegas a cuenta de 3 bolas y 2 strikes, te va a tirar un slider a la parte de afuera del plato”.


Sin fuerza en las piernas, apenas con el impulso de los brazos, Gibson conectó el slider de la profecía, lo depositó en los bleachers detrás de la barda de jardín derecho y cojeó alrededor de los bases en camino a la inmortalidad y a la leyenda.


El siempre elocuente narrador de los Dodgers, Vin Scully, tuvo que esperar más de un minuto para poder describir lo que acababa de suceder: “En un año que era sumamente improbable, lo imposible ha sucedido”.


Tal vez menos poético pero igual de descriptivo fue Joe Buck cuando por radio reaccionó así: “No puedo creer lo que acabo de ver, no puedo creer lo que acabo de ver. ¿Realmente está sucediendo?”


Walter Weiss, campo corto de los Athletics dijo luego del partido: "Caminé hacia los vestuarios como un zombi, volteaba hacia la pizarra para ver si era cierto lo que acababa de ver. Creo que no pude asimilarlo hasta semanas después".


Luego del épico episodio, los Dodgers sólo necesitaron de cuatro juegos extras (y de Orel Hershiser) para coronarse en casa de los Athletics.


(Manny Ramirez)


Manny Being Roy Hobbs.

Hobbs era un jovencito (y luego un casi anciano) campesino, Manny Ramírez es un dominicano criado en Nueva York a ritmo de merengue y reggeatón. Hobbs era elegante y correcto, Manny usa uniformes dos tallas más grandes de las necesarias y sus rastas impiden ver su apellido y parte de su número 99 en la espalda. Parecidos no son, pero estos dos personajes tenían una cita.


Ramírez llegó a jugar a Los Angeles el último día de julio de 2008. Luego de ayudar a revertir la Maldición del Bambino con dos campeonatos (2004 y 2007) con los Medias Rojas de Boston, Manny (asesorado, según dicen los enterados, por su agente, Scott Boras) quería deshacerse de su contrato con los Medias Rojas. Luego de una larga telenovela y para evitar mayor drama, los bostonianos lo enviaron a los Dodgers aceptando pagarle su sueldo por lo que restaba del año.


Mannywood había sido puesta en el mapa. El jersey número 99, las rastas falsas y los gritos de Manny! Manny! cada vez que se paraba a batear en Dodger Stadium se hicieron cosa común. Ramírez llevó sobre sus hombros a los Dodgers a la postemporada, pero no pudo evitar la derrota en la Serie de Campeonato contra los Phillies de Philadelphia.


Con apenas 40 juegos del calendario 2009 Ramírez fue suspendido por uso de sustancias prohibidas. Otro episodio de Manny Being Manny.


Apenas 11 juegos después de regresar de la suspensión 8y en su segundo encuentro en casa), el 20 de julio de 2009 Manny (para muchos el mejor bateador derecho de estos días en las mayores) tomaba su segundo turno al bate (en su primero había pegado un triple productor de dos carreras) cuando fue golpeado en la muñeca izquierda por una recta de 90 millas. Ramírez salió del juego y fue llevado a un hospital para realizarle estudios de rayos X. No hubo fractura pero no alinearía al día siguiente para evitar riesgos.


El boletaje del juego del 21 de julio se había agorado desde un mes antes, la razón: a los primeros 50 mil aficionados en llegar al parque se les regalaría un muñeco de Manny Ramírez, un bobblehead. La mercadotecnia no había previsto un festejo sin festejado.


Con el partido 2 a 0 a favor de los visitantes Cincinnati Reds en la sexta entrada, luego de dos bases por bolas y un sencillo el turno era para el pitcher Chad Billingsley. El manager Joe Torre volteó al interior del dug out y vio a Manny caminando de un lado para otro y lo llamó. Segundos después Ramírez, bate en mano, salió de la banca.


¿Roy Hobbs, otra vez?


No hubo mucho espacio para preludios: el primer lanzamiento (una recta de 96 millas en la parte baja del plato) luego de pasar por el swing asesino de Ramírez fue a caer justamente a la sección de asientos bautizada como Mannywood, atrás de la barda de jardín izquierdo.


“Si vieras algo así en el cine dirías: No, eso es estúpido, esas cosas no pasan. Regularmente soy muy tranquilo, pero cuando vi eso me sentí como un niño”, dijo el pitcher Randy Wolf luego del partido.


Russell Martin, que era el hombre en primera base dijo: “Es un hombre mágico, nunca había oído tanto ruido en el estadio”. Para Matt Kemp, el corredor que estaba en segunda base todavía no hay explicación: “no lo puedo entender, yo corrí las bases riéndome. Era una recta de 96 millas, no de 89 o 90, era un lanzamiento duro. ¿También puede hacer eso? Es una locura. Estoy sacudido”.


Lesionado de la mano, ante 57 mil personas que llenaron el estadio para verlo a él y de paso ver un juego de beisbol, Manny Ramírez fue Roy Hobbs.