domingo, 21 de marzo de 2010

Le dicen “El Padrino de los esteroides”

Asombró al mundo del beisbol. Mientras veía cómo sus cuadrangulares reingresaban a la atmósfera su masa muscular creció, creció y creció. Se retiró, contó todo y fue tratado como escoria por MLB. Todo mundo negó sus acusaciones pero nadie lo demandó. Al final, parece ser el único involucrado que habla con la verdad. Lo acusan de manchar el beisbol: es José Canseco y le dicen “El Padrino de los esteroides”.


Juan Carlos Plata


Era la mitad del verano de 1995, los Boston Red Sox jugaban un partido en Fenway Park. Mike Greenwell tenía un partido excelente, en su último turno del bate conectó un doblete (su tercer hit de la tarde), minutos después anotaría carrera y de regreso al dugout fue a sentarse junto a su compañero, el superestrella José Canseco. A continuación el diálogo:

-Amigo, desearía poder batear como tú –dijo Canseco.
-Por Dios, a mi me gustaría tener tu poder. ¿Estás bromeando? -respondió Grenwell.
-Bueno, si vienes conmigo a Miami yo puedo ayudarte con eso, pero yo nunca seré capaz de batear como tú.

“Probablemente él no se dio cuenta de lo que eso significó para mi” diría años después Greenwell en una entrevista con The Providence Journal, el 9 de febrero de 2009.

En 1988, Greenwell tuvo el mejor año de su carrera: .325 de porcentaje de bateo, (.416 con hombres en base), 192 hits, 39 dobles, 8 triples, 22 jonrones, 119 carreras impulsadas, 16 bases robadas, 87 bases por bolas, 38 ponches. Números que le valieron llegar segundo en la votación por el trofeo de Jugador Más Valioso de la Liga Americana. Sí, el primer lugar y ganador del trofeo fue José Canseco.

“Siempre tuve la impresión de que perdí ese trofeo frente a alguien de quien siempre sospeché, y después supe, que usaba esteroides. Siempre me molestó. Ese episodio significó mucho para mí porque me dije en mi cabeza: ‘Ok, yo hice esos números estando limpio y tú no’…”, diría Greenwell en la entrevista.

La anécdota es probablemente la muestra más fehaciente de lo que un jugador que nunca usó esteroides siente al jugar con o contra jugadores que usaban drogas para el mejorar el rendimiento (performance enhanced drugs, PED por sus siglas en inglés).

Sin embargo Greenwell sostiene:

“Contrario a lo que mucha gente y la mayoría de los jugadores piensan, yo creo que lo que José Canseco ha hecho (al escribir los libros Juiced y Vindicated, donde habla del extensivo uso de esteroides en Grandes Ligas), es algo bueno para el beisbol. Estoy seguro de que al comisionado y casi todo mundo no les cae nada bien, pero el trajo todo esto (el tema de los esteroides) al frente e hizo que todos nos diéramos cuenta de que probablemente teníamos un problema y que debíamos limpiar el deporte. A ese respecto, creo que ha sido una cosa buena”.

Luego de sus declaraciones y publicaciones sobre el uso generalizado de drogas para mejorar el rendimiento entre jugadores de Ligas Mayores, incluido él mismo, lo que siguió fue una cascada de negaciones y descalificaciones. Su ex manager, Tony LaRussa fue uno de sus más vehementes atacantes (dijo, textualmente, que Canseco había sido y era una desgracia para el beisbol).

Años, y una interminable serie de confesiones, después, el único jugador o ex jugador involucrado en el escándalo de los esteroides en el beisbol que no ha sido obligado a retractarse o confesado lo que negó durante muchos años, ha sido José Canseco.

Rick Reilly, en su artículo Whaddaya Say, Jose?, publicado en Sports Illustrated el 20 de agosto de 1990 trata de esclarecer la pregunta de quién es José Canseco.

“El mundo de José Canseco es grande. Sus jonrones son grandes. Sus casas –en Miami y Oakland- son grandes. Su bote, llamado Cigarrette, es grande, 42 pies de proa a popa, con espacio para 20 personas. Fue el jugador que más votos tuvo para el Juego de Estrellas en Chicago, y, por mucho, se llevó el abucheo más grande en el Wrigley Field. Su esposa, Esther, es pequeña, pero su cabello es abundante. Su pila de dinero es muy grande; gana 4.7 millones de dólares al año, o 536 dólares cada hora, incluso cuando duerme. Su risa es grande. Cuando se equivoca, sus errores son extra grandes. Su talento es enorme, casi tan grande como su potencial. Es grande físicamente -6 pies 4 pulgadas de alto, 240 libras de peso- sin embargo su muñeca es pequeña, talla 33. Su bat es más grande que el de cualquier otro bateador -35 pulgadas y 35 libras-. Su imagen pública es grande: arrogante e inmaduro, armado y peligroso, egocéntrico y egoísta. Pero la mala concepción es incluso más grande. ¿Tú crees que conoces a este tipo? Gran error.

“El columnista del periódico San Francisco Examiner, Bill Mandel, quien nunca ha visto a Canseco en persona dice: ‘Soy de Nueva York y en Nueva York hay una palabra para tipos como Canseco y esa palabra es mamón’.

“Ok, pero si Canseco es un mamón, ¿por qué pasa tanto tiempo en el Miami Youth Club, jugando basquetbol con los niños, comiendo spaghetti con ellos y regalando cientos de tenis? ¿Por qué está tan involucrado en la fundación Make a wish, que cumple las fantasías de niños moribundos? ¿Cómo es que pagó un vuelo de Sacramento a Scottdale, Arizona para que un niño con leucemia asistiera al Spring Training de los Athletics?¿Cómo es que manejó durante horas para ir a Pleasanton, California para firmar autógrafos por 4 horas y media con el fin de recaudar dinero para el tratamiento de un niño paralítico?


“‘Yo voy más allá del bateador regular, algunos bateadores sólo pegan jonrones, yo asesino la pelota. Puedo hacer las cinco cosas que necesita un gran jugador: puedo batear, batear con poder, corro, fildeo y tengo un gran brazo’. Y lo mejor, según dice, está por venir. ‘Cada año verás a un mejor José Canseco. Cada año mejoraré las estadísticas del año anterior.


“Will Rogers dice: ‘Ningún hombre es grandioso si piensa que lo es’, pero Will Rodgers nunca ha visto los box scores de Canseco. Judd Rose, del programa Prime Time Live, le preguntó por qué es tan popular. ‘Soy José Canseco. Hago cosas fuera de lo ordinario. Soy el primerjugador en conectar 40 jonrones y robar 40 bases. Soy un tipo de 235 libras y corro de home a primera base en 3.8 segundos. Voy a robar bases y voy a pegar muchos jonrones. Voy a jugar una gran defensa y pondré a muchos jugadores fuera. Eso es lo que los fans quieren ver en el campo.


“Su ex compañero Dave Parker dice de Canseco: ‘es la más devastadora máquina ofensiva de la historia del beisbol.

“La cosa es que José y Parker pueden tener razón”.

Canseco fue una celebridad incluso antes de llegar a Grandes Ligas, en 1985 fue nombrado Jugador del Año en Ligas Menores lo que le valió su primera llamada a los Oakland Athletics, con los que fue nombrado Novato del Año en 1986.

En 17 años como profesional, Canseco jugó para los Athletics (1985-1992 y en 1997), Texas Rangers (1992-1994), Boston Red Sox (1995-1996), Toronto Blue Jays (1998), Tampa Devil Rays (1999-2000), New York Yankees (2000) y Chicago White Sox (2001).

Fue Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 1988, campeón conlos Athletics (1989) y con los Yankees (2000). Fue nombrado Regreso del Año en 1994, cuatro veces Bat de Plata (1988, 1990, 1991 y 1998) y seis veces llamado al Juego de Estrellas (1986, 1988, 1989, 1990, 1992 y 1999).

En un total de mil 887 juegos en Grandes Ligas acumuló 7 mil 57 turnos al bat, mil 186 carreras anotadas, mil 877 hits, 340 dobles, 14 triples, 462 jonrones, mil 407 carreras impulsadas, 200 bases robadas, 906 bases por bolas, mil 943 ponches y .266 de porcentaje de bateo. En su momento fue el jugador latino con más jonrones de la historia.

Desde sus primeros años en la liga, con los Athletics, Canseco fue señalado por el uso de esteroides, no pocos periodistas y fanáticos se lo dejaban saber en los periódicos y desde las gradas.

El artículo de Tom Verducci, Totally juiced, publicado en Sports Illustrated el 3 de junio de 2002 relata:

“Catorce años atrás, los fanáticos en Fenway Park corearon “¡Esteroides, esteroides!” cada vez que José Canseco intervenía en un juego durante la Serie de Campeonato de la Liga Americana. El deporte nunca había visto una maravilla física como Canseco, un gigante de 240 libras que podía pega jonrones de 500 pies y ser lo suficientemente ágil como para robar 40 bases por año. En el retiro luego de que ningún equipo lo quisiera firmar el mes pasado, Canseco, sin admitir que él los consume, dijo que los esteroides han revolucionado el deporte y que escribirá un libro que descorrería el velo del uso de drogas en las Mayores. Canseco estima que el 85 por ciento de los jugadores de MLB usa esteroides.

“Los cuerpos sumamente musculosos como el de Canseco se han vuelto tan comunes que ya no invitan a la sospecha”.


El libro al que hace referencia Canseco en la entrevista de Verducci resultó ser Juiced, publicado en 2005, en el que el cubano sostiene que él mismo introdujo al mundo de las drogas e inyectó personalmente a Mark McGwire, Rafael Palmeiro, Juan González, Iván Rodríguez y Jason Giambi.

Lo que siguió fue el escándalo. Ya desde 2003 la DEA y el Congreso de Estados Unidos tenía una causa abierta en contra del laboratorio BALCO, en la que estaba involucrado otro jonronero legendario: Barry Bonds.

Apenas un mes después de la publicación del libro de Canseco, el Congreso estadounidense llamó a varios de los involucrados para audiencias públicas del caso. Rupert Cornwell, reportero del periódico inglés The Independent en su nota Big hitters strike out following accusations of steroid use, publicada el 18 de marzo de 2005, cuenta:

“No hace mucho, Mark McGwire, Rafael Palmeiro, Sammy Sosa y José Canseco habrían estado en un dream team del beisbol, cuatro de los más poderosos bateadores de la era moderna, dueños de un total combinado de 2 mil 170 jonrones y contando.

“Ayer el cuarteto estuvo en el Capitolio enfrentando cargos de uso ilícito de drogas que inflaron su rendimiento, devaluaron algunos de los más temidos records y dando un ejemplo dañino para los jóvenes deportistas.


“En una atmósfera sumamente tensa, los cuatro testificaron –bajo juramento- ante un comité de congresistas, rodeados no de fanáticos sino de abogados, inquisitivos representantes populares y de reporteros irrespetuosos.


“Las audiencias han avergonzado a las Ligas Mayores al punto de que varios de sus ejecutivos las han comparado con la cacería de brujas del McCartismo, en los años 50. Los procedimientos empezaron justamente en ese tenor, con acusaciones al besibol por no poder contener el cáncer que significan las drogas. ‘Por 30 años los ejecutivos de las Ligas Mayores nos han dicho que confiemos en ellos, pero la liga no ha hecho honor de esa confianza’, dijo Henry Waxman, demócrata por California.


“En emocionales declaraciones iniciales, Sosa y Palmeiro negaron el uso de sustancias ilegales: ‘Yo no he consumido esteroides, punto’, dijo Palmeiro, quien ocupa el décimo lugar de todos los tiempos con 551 jonrones. Sosa, con 574 cuadrangulares, también negó haber usado drogas.


“Pero los dos personajes principales del drama, Canseco y McGwire, alguna vez llamados los 'Bash brothers', superestrellas gemelos de los Oakland Athletics en los 80 y principios de los 90. Ayer fueron enemigos, unidos sólo por su decisión de atenerse a la quinta enmienda para evitar incriminarse.


“El escándalo de los esteroides inició en 2003 con el caso Balco pero adquirió atención mediática masiva el mes pasado con la publicación del libro Juiced, de José Canseco en el que libremente admite el uso de esteroides y declara que él y McGwire se inyectaban mutuamente en el vestidor.

“‘No dignificaré al señor Canseco con un comentario’ dijo McGwire, su voz temblaba de ira mientras su ex compañeros miraba hacia otro lado. Pero en ningún momento McGwire negó haber usado drogas.

“Antes de eso, los padres de dos jóvenes atletas que se suicidaron después de una depresión inducida por el uso de esteroides criticaron agriamente a los jugadores, a la unión de peloteros y a los ejecutivos de MLB.

“‘Los jugadores que son culpables de tomar esteroides no sólo son tramposos, son ustedes unos cobardes”, dijo Donald Hooton, cuyo hijo de 17 años se colgó en 2003”.


S.L. Price explica, en su artículo The liars club, publicado en Sports Illustrated el 26 de diciembre de 2005, las motivaciones del Congreso estadounidense para llamar a estas audiencias:

“Cuando Henry Waxman, representante demócrata, leyó en febrero que Major Leagues Baseball no tenía intención de investigar las declaraciones que Canseco hizo en su libro, él pidió una audiencia del Congreso. ‘Más que investigar, MLB y la Unión de Jugadores contrataron a un regimiento de abogados y lobbyist para detener nuestras intenciones de indagar en el caso’, dijo Waxman. ‘Eso me hizo pensar que a ellos no les interesaba lo que pudiera pasar’”.

Y prosigue:

“Rafael Palmeiro dijo: ‘Nunca he usado esteroides, punto’ y sobrevino el más infame señalamiento con el dedo desde que Clinton declaró que ‘nunca había tenido relaciones sexuales con esa mujer, Monica Lewinsky’. Canseco, sentado en el otro extremo de la mesa, dijo que su quijada se cayó. ‘Pensé, ¿qué está haciendo?, dijo Canseco. ‘Esto es el Congreso. Estás bajo juramento. Si te atrapan te mandarán a la cárcel. No lo hagas, Raffy’”.

Pero Palmeiro ya lo había hecho.

Sigue la nota de S.L. Price:

“El cuatro de mayo, Palmeiro dio positivo en un examen antidoping. La sustancia fue Estanozolol, un conocido esteroide y fue suspendido 10 días.

“Luego de seis meses de la publicación de Juiced, Canseco ha sido criticado por errores en su libro y alegaciones sin documentar, pero ninguno de los nombrados lo ha demandado. Mientras tanto, las explicaciones de Palmeiro de cómo llegó la droga a su organismo –a través de una inyección de vitamina B12 que le dio Miguel Tejada- confirman los detalles del libro. Canseco escribió que él aconsejó a Tejada sobre esteroides. Estanozolol (también conocido como Winstrol), fue una de las sustancias que Canseco asegura que inyectó en el cuerpo de Palmeiro cuando fueron compañeros en los Texas Rangers. Los jugadores, de acuerdo con Canseco, se referían al ‘tratamiento’ como ‘inyecciones de B12’”.

Luego de años de negación, y en la víspera de regresar al beisbol como coach de bateo de los Saint Louis Cardinals, el 11 de enero de 2010 Mark McGwire reconoció haber usado esteroides (nunca dijo cuáles, cuándo ni en qué dosis). Nuevamente Canseco decía la verdad.

McGwire desestimó la importancia de ese hecho –tomar esteroides- en su record de 70 jonrones en la temporada de 1998. Ante eso, el cátcher de los Boston Red Sox y los Chicago White Sox en los años 70 y 80 y miembro del Salón de la Fama, Carlton Fisk declaró al periódico Chicago Tribune el 19 de enero de 2010:

“McGwire dice que los esteroides no ayudan a tener una mejor coordinación ojos-manos. Por supuesto que ayudan. Te permiten ser más ocucioso física, mental y ópticamente. Vas a ser más fuerte y mejor.

“Hay una razón por la cual les llaman drogas para mejorar el rendimiento, lo que hacen es mejorar el rendimiento. No seamos idiotas. Si eres bueno, los esteroides te harán mejor. Si eres un jugador promedio, te harán bueno. Si eres un jugador debajo del promedio, te harán ser un jugador promedio. Algunos jugadores que tomaron esa ruta tuvieron su contrato de 5 años y 35 millones y luego se perdieron porque una vez que no pudieron seguir usando esteroides no pudieron jugar más”.

Canseco es llamado “el padrino de los esteroides” aun cuando hoy se sabe que ni fue el primero ni fue el que más provecho sacó de ellos (Roger Clemens, por ejemplo). No es un héroe y nunca lo fue. Se ha convertido a sí mismo en una caricatura (como en 2003 cuando se rentaba por 5 mil dólares para pasar todo un día con quien pudiera pagarlo o como miembro del elenco de The surreal life). Pero por lo menos, en la llamada época post-esteroides del beisbol, es el único que no ha dicho mentiras.