viernes, 28 de agosto de 2009
Fernandomanía II
1981: escrito en las estrellas
Juan Carlos Plata
Valenzuela reportó en marzo al Spring Training de los Dodgers, en Vero Beach, Florida, prácticamente con un lugar asegurado en la rotación de abridores (junto con Jerry Reuss, Burt Hooton y Bob Welch) y era, de inicio, favorito para llevarse el premio Rookie of the Year (con lo que los Dodgers podrían conseguir su tercer trofeo del tipo consecutivo, en 1979 y 1980 lo habían conseguido Rick Sutcliffe y Steve Howe, respectivamente, ambos pitchers).
El 8 de abril, un día antes del juego inaugural de la temporada, la rotación de pitcheo parecía una sala de hospital: Jerry Reuss sufría un desgarro en el músculo de la pantorrilla; Burt Hooton, tenía una uña enterrada; Bob Welch sufría de problemas en el codo; y Dave Goltz tenía estiramiento en un músculo de la entrepierna.
Tom LaSorda llamó a su oficina a Valenzuela y le preguntó si estaba listo para lanzar en el Opening Day, al día siguiente: Fernando dijo que sí.
Si bien era cierto que el novato había dominado como relevista en las últimas semanas de 1980, jamás había iniciado un partido de Grandes Ligas y además era el lanzador más joven de todas las Mayores, pero si podía hacer un buen trabajo, el manager quedaría como un genio. El ego de LaSorda no podía dejar pasar esa oportunidad.
Al día siguiente, 50 mil 511 espectadores fueron testigos de cómo Valenzuela lanzaba un juego completo, permitía sólo 5 hits y blanqueaba a los Houston Astros. La sonrisa de Tom Lasorda hacía juego con su voluminoso abdomen y la Fernandomanía estaba de regreso.
Años después, Steve Bisheff escribió en el Orange County Register:
“Tuviste que haber estado ahí, en el mágico verano de 1981, para ver las largas filas de carros esperando para entrar al parque a las 4 y media de la tarde. Si encendías el radio podías escuchar el alegre sonido del mariachi tocando La balada de Fernando en cada estación de la ciudad. Si abrías la sección de anuncios de cada periódico, encontrabas recados de los miembros del creciente Club de Fans de Fernando. Yo sé todo esto porque yo estuve ahí”.
Por su parte, Lance Linden en su artículo Fernandomania Revisited, publicado en 2001 en la página de internet The Baseball Page, recuerda así la cuarta salida de Valenzuela en la temporada, el 27 de abril de 1981:
“Era una tarde de abril hace veinte años… “La atmósfera era, por decir lo menos, eléctrica. Los 49 mil 478 fanáticos que llenaban el parque de pelota –muchos de ellos habían llegado tres horas antes de la primera pichada- se preguntaban si su nuevo hijo favorito les daría otra actuación digna del recuerdo. “¿Dónde estaba el objeto de todo ese afecto y adulación? ‘Se está poniendo en condiciones para el juego’, diría uno de sus compañeros. ‘Está en la mesa del masajista, parece que está dormido’.
“La palabra fenómeno se usa por todos lados en el beisbol; por Dios, los White Sox la usaron para describir a Jason Bere. Pero ningún pitcher joven –ni Sandy Koufax, ni Roger Clemens, ni Greg Maddux, ni Nolan Ryan, ni Tom Seaver, ni Dwight Gooden en el 84- en la última mitad del siglo incendió las Ligas Mayores como lo hizo Fernando Valenzuela en 1981.”
Ni Bisheff ni Landen exagera. Incluyendo el juego inaugural, Valenzuela ganó sus primeras 8 salidas en fila (a los Astros, Giants, Expos [dos veces a cada uno] Padres y Mets), cinco de ellas en calidad de visitante, con números tanto o más impactantes que el fenómeno social a su alrededor: 8 juegos completos, 72 innings lanzados, 4 carreras limpias (0.50 de efectividad), 68 ponches, 17 bases por bolas.
Vin Scully, el mítico locutor de los Dodgers, luego de su actuación el 27 de abril dijo a micrófono abierto:
“¿Hay algo que no pueda hacer? Lo juro Fernando, eres demasiado no importa el idioma que hables. Escuchen a toda esta multitud, los ha dejado hablando solos”.
Curiosamente, Valenzuela contribuyó a que los índices de audiencia de Vin Scully parecieran una broma frente al cálculo de 40 millones de radioescuchas de las transmisiones de los juegos de los Dodgers en español para Estados Unidos y toda la Latinoamérica beisbolera, con Jaime Jarrín y Pepe Cárdenas.
Jim Kaplan firma el artículo Epidemic of Fernando Fever, publicado el 4 de mayo de 1981 en Sports Illustrated:
“La (Fernando Fever) Fernandomanía está arrasando el sur de California como un incendio forestal en un día de viento. Los síntomas son deliro, euforia y un vago sentimiento de incredulidad. La causa: Fernando Valenzuela, el sensacional novato lanzador zurdo de 20 años de los Dodgers…
“…Un hombre de Redondo compuso una canción en su honor. Una mujer de Barstow diseñó una camiseta conmemorativa de la Fernandomanía. El diario intelectual Los Angeles Times publicó una editorial laudatoria. El diario más bien vulgar Los Angeles Herald Examiner inició un concurso buscando un apodo para el héroe. Y la pizarra electrónica de Dodger Stadium ha empezado a identificar a Valenzuela únicamente por su nombre de pila.
“A pesar de que Valenzuela parece encantar a fanáticos de todos las razas es especialmente popular entre sus compatriotas. ‘Nunca había visto algo parecido’, dice Jaime Jarrín, quien ha transmitido los juegos de los Dodgers en español desde que se mudaron a los Los Angeles en 1958. ‘Bobby Castillo es mexico-americano, un chicano que nació en Los Angeles, pero es mucho más grande tener a alguien de México. Fernando es de Sonora, una de las principales fuentes de migrantes de la zona de California. Los latinos somos grandes fanáticos de los deportes. Siempre hemos tenido héroes de los deportes pero casi todos eran boxeadores. Fernando tiene potencial para convertirse en el rey de todos ellos’.
“Antes de 24 horas después de vencer a los Astros, vendimos todos los boletos para su próxima salida contra los Giants’, dice el vicepresidente de los Dodgers, Fred Claire. ‘No tiene precedente’”.
En medio de toda esta locura, sólo una persona parecía en completo control de sus emociones: el propio Fernando.
Sigue el artículo de Jim Kaplan:
“Valenzuela es el perfecto ejemplo de las tres ‘C’: control, confianza y compostura. ‘Es estupendo colocando sus lanzamientos en las esquinas de la zona de strike’, dije Mike Brito…‘Pero lo que realmente me asombra es que nunca se pone nervioso, no sé como lo hace. Todo lo que él dice es ‘¿Por qué habría de estar asustado?’”
Además, estaban sus habilidades en el montículo. De nuevo mister Kaplan:
“La gente observa a lanzar a Valenzuela con una mezcla de impresión y confusión. ‘Alguien que maneja con tanta maestría el screwball se merece todo mi respeto’, dice el pitcher de los Astros, Don Sutton. ‘La clave está en su recta’, argumenta el segunda base de los Giants, Joe Morgan. ‘Es suficientemente bueno como para que reverencies su curva y su screwball’ dice el primera base de los Astros, Mike Ivie. ‘No puedes sino admirar su control, incluso cuando juegue para el equipo contrario. Es grandioso ver a un joven de 20 años haciendo las cosas que él hace, es grandioso ser parte de esto’, dijo el jardinero de los Padres, Gene Richards’”.
Gary Carter, el cátcher de los Montreal Expos, cuenta que cuando le pasaron el reporte del scout horas antes de enfrentar a Valenzuela el 3 de mayo, lo único que decía era: “Es inbateable, nadie puede pegarle a su screwball”. Justo en medio de esta racha de victorias, Valenzuela visitó por primera vez Nueva York, conocida en el mundo del beisbol como la ciudad con la prensa más exigente y maliciosa.
Aquí fragmentos de la crónica titulada Will the bubble ever burst? firmada por Jim Kaplan, de la primera conferencia de prensa de Valenzuela en Shea Stadium, publicada en Sports Illustrated el 18 de mayo de 1981:
“Era una conferencia de prensa más adecuada para un dignatario extranjero que para un atleta, pero justamente un dignatario extranjero es en lo que Fernando Valenzuela se ha convertido. Sólo un príncipe o un potentado podría haber visto todo este circo mediático con tanta ecuanimidad. Más de 100 periodistas llegaron al Diamond Club de Shea Stadium la tarde de ese jueves, con camarógrafos tomando sus posiciones y reporteros de periódicos parloteando por todo el lugar.
“Sólo cuando Valenzuela hablaba es que todo resultaba ser por un joven de 20 años nacido en Etchohuaquila y no por el presidente de México. No, Valenzuela no había oído nada acerca de la huelga que estaba emplazada a iniciar el 29 de mayo. Sí, se sentía un poco fuera de lugar contestando preguntas cuando podría estar viendo la tele. Cuando la conferencia de prensa terminó, Valenzuela se encontró con el cátcher mexicano de los Mets, Alex Treviño. ¿A dónde me vas a llevar?, preguntó Valenzuela. ¿Hay algún buen restaurante mexicano? No, sólo cubanos, respondió Treviño, y se fueron.
“Toda la semana los Mets han anunciado el arribo de Fernando –con mensajes en la pizarra electrónica y música mexicana en el sonido local del parque y con anuncios en las estaciones de radio en español. Pero la Fernandomanía no se limita sólo a Nueva York. El número de estaciones de radio de Venezuela que transmitieron este partido se incrementó de 20 a 40 y las mexicanas, de 3 a 17.
“Los Mets construyeron taquillas extras cerca de las salidas del metro para atender a la anticipada oleada de fanáticos. La asistencia de 38 mil 848 fanáticos fue la cifra más alta de la temporada para los Mets –el promedio era de 11 mil 358- y, de acuerdo a un estimado, le significó al club un ingreso extra de 310 mil dólares”.
El 18 de mayo en Dodger Stadium la burbuja de perfección finalmente reventó, Valenzuela perdió su primer encuentro de Grandes Ligas. Los Dodgers perdieron 4 carreras a 0 frente a los Philadelphia Phillies. Fue la primera vez en la temporada que Valenzuela no lanzaba el juego completo (permaneció en la loma por espacio de 7 entradas, le pegaron sólo 3 hits –entre ellos un jonrón-, regaló 4 bases por bolas, ponchó a 6 y su efectividad por primera vez rozaba el 1.00 (quedó en 0.91).
Esto sólo demostraría que la Fernandomanía era mucho más que una moda pasajera.
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4 comentarios:
Excelentísimo y exquisito señor:
Quienes seguimos su blog, al menos su atentísimo leyente, exigimos más, más, más y máaaaaaaaaaaaaaas de este banquete gourmet de beisbol. Digo, no hay que ser...
Caro y gordito lector:
Ciertamente nos hemos pasado de lanza con el tiempo pa subir el siguiente post.
Si lo hace sentir mejor, hemos inaugurado una nueva sección (en la parte superior derecha del blog) titulada "Pendejo del momento" y nos hemos adjudicado el título por andar de idiotas ganándonos la vida en vez de ponerle la atención que se merecen a lectores como usted.
La tercera parte de Fernandomanía está en proceso y no tarda en estar arriba.
Psssssssssssssssssssssssssss.
Tercera parte de Feurnandou.. YA!! También lo exigimos desde FutbolSapiens.
Magister Barak Fever:
Se agradece el interés y se siguen celebrando sus contracrónicas y sus artículos en Futbol Sapiens.
Para expiar mis culpas, y esperando que sirva de cosuelo, inaguramos nuestra propia Inquisición titulada Pendejo del momento de la que un servidor es la primera víctima.
Saludos y, de nuevo, gracias.
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